martes, 19 de diciembre de 2017

DÍA 2: Conoce la razón.
Propósito: Cumple tu misión.

“Dios mío, tú cumplirás en mí todo lo que has pensado hacer.
Tu amor por mí no cambia, pues tú mismo me hiciste.
Salmos 138:8 (TLA)

Hay muchas razones y propósitos por los que Jesús nació: vino a buscar y salvar lo que se había perdido, vino a dar vida en abundancia, vino a acercar el reino de los cielos, vino para que todos los que le recibieran fueran hechos hijos de Dios.

Te pregunto: ¿Cuál era el propósito de María? Dar a luz, concebir al hijo de Dios, cuidarlo, formarlo para que el Hijo de Dios cumpliera su propósito. 

Cada persona sobre la tierra tiene una razón de ser, de vivir. No fuimos creados para ser de las personas que viven la vida mientras pasa, que simplemente, viven por vivir.

Hay un propósito que es únicamente para ti, y sólo tú lo vas a cumplir, porque Dios te ha dotado de todo lo que necesitas para hacerlo; tu propia misión, tu propia responsabilidad. Hay un plan hecho por Dios para que lo cumplas.




Si conoces la razón de tu vida, entonces vas a vivir feliz y sabrás que mientras respiras, harás cosas que te lleven a cumplir tu propósito en la vida. Si tu expectativa es ser profesional, hazlo, pero no es sólo eso. Tienes que pensar en tu profesión, pero ¿para qué? Para ser de beneficio a alguien más. Una persona está lista para casarse cuando está lista para vivir para hacer feliz a otra persona.
Dios había preparado un plan de salvación para todos los hombres, ese plan, un plan único que se ha llamado: “la salvación”. Jesús, su nacimiento, vida, muerte y resurrección es la base de dicho plan.

La historia de Juan el bautista no es la excepción; él fue escogido por Dios para una función específica de la que se había hablado mucho antes aun de su nacimiento; aquella función era preparar al pueblo para la venida del Mesías que salvaría a los hombres de su pecado.

Juan tenía muy claro que su vida era especial no por él mismo sino por la misión que había recibido por parte de Dios. Siempre direcciono a las multitudes a aquel que era la luz verdadera, Jesús. Juan mismo dejo claro en muchas oportunidades que su intención no era mostrarse a sí mismo, él dijo: “A él me refería yo cuando decía: “Alguien viene después de mí que es muy superior a mí porque existe desde mucho antes que yo.”

Juan sabía que ese que venía era Dios mismo, que existía mucho antes que él porque su hogar era la eternidad. Por esa razón en su boca no hay palabras ególatras, sino palabras que exaltan a Cristo; Siempre buscaba ser testigo de Jesús, nunca busco su gloria misma sino mostrar a el que era superior a él.

Debemos cuidarnos de esa tendencia natural a buscar la alabanza de los hombres, de llamar la atención y figurar como el centro de todo, hablando siempre de nuestro éxito olvidándonos por completo de la misión para la cual fuimos creados. Nuestra mirada debe ponerse en Cristo, debemos ser sus testigos, buscar siempre su gloria, que Él crezca y nosotros disminuyamos.

PARA REFLEXIONAR: 


* ¿A dónde estás llevando tu vida? ¿Has leído donde dice: “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”? ¿Qué quiere decir?

* La intención de esto, es dejarte con la inquietud de saber ¿qué quiere Dios de ti? ¿Quiere que seas un buen padre, un buen hijo o hija, un buen trabajador (a), pero hay más que eso! Porque las circunstancias por las que has pasado te han preparado para cumplir el propósito que Dios quiere para ti. 

ORACIÓN:
 “Señor hoy te pido que me ayudes a entender cuál es tu plan para mi vida, ayúdame a no vivir más sólo para mí sino que siempre vea a Jesús, a quien enviaste para mostrarnos tu salvación.
Padre, hoy quiero recibir de ti cuál es tu voluntad para mi vida, cuál es tu propósito. Hoy rindo mi voluntad a tu propósito, yo haré como tú me digas. Háblame, dirígeme, enséñame porque estoy decidido a hacer tu voluntad aquí en la tierra.  Amén.”



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