Propósitos: Dar, Recibir y
Agradecer.
“Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, No se pierda, mas tenga vida eterna…”
Juan
3:16
En
esta época muchos recordamos el nacimiento de Jesús, y en la historia de su
nacimiento hubieron tres personajes que le llevaron unos regalos un poco
inusuales: incienso, oro y mirra.
Tres
extranjeros que estaban pendientes y estaban preparados para ese evento; pensando
en esto, detengámonos un momento a pensar: ¿Por qué damos regalos?
Generalmente
es para demostrar afecto a alguien, para demostrar el valor que tiene esa
persona a través de un regalo y por eso tratas que ese regalo tenga un significado
especial, ya sea para un amigo, familiar, etc.
Es
ese mismo principio el que aplicaron estos personajes, con regalos no
convencionales para un bebé, pero entonces ¿Por qué estos regalos tan extraños?
Uno
llevó Oro, quizá quiso expresar que Jesús es el Rey o quiso decirle: “te
entrego la riqueza que pueda tener y la rindo a ti”. Otro
llevó incienso, que pudo ser para decirle: “Jesús tu eres como un precioso
aroma, eres tú quien en medio de donde esté me da paz y alegría”.
Y
el ultimo llevó mirra, ¿quién sabe qué es la mirra?, se dice que era utilizada
para cuestiones de perfumería, pero también se utilizaba como anestésico para
que las personas que estaban en su lecho de muerte dejaran de sufrir y, también
servía para embalsamar, así que este regalo puede representar el decirle a
Jesús: “gracias por tu sacrificio por mí” o “gracias por librarme del
sufrimiento, por ahorrarme tanto dolor”… (como la anestesia).