sábado, 23 de diciembre de 2017

DÍA 5: Dios habla en sueños a José.
Propósito: Dejar cumplir los sueños de Dios en mí.

“Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;
Que tu Espíritu me guíe a tierra de rectitud.”
Salmos 143:10

María, como era costumbre en aquella época, se comprometió con un joven de su pueblo: José, de oficio carpintero, pobre, pero lleno de rica sabiduría popular, pues era de una familia muy antigua.
Apenas comprometidos oficialmente a contraer matrimonio, antes de haber vivido juntos, María había quedado embarazada por obra del Espíritu Santo.

José, hombre justo y paciente, quería abandonar a su prometida creyendo que ella le había sido infiel y según las leyes de entonces, cuando una desposada no casada quedaba embarazada, si el hijo era de su prometido, ello era considerado como falta grave, pero se solucionaba con el matrimonio, pero si el hijo no era de su prometido, entonces la mujer era considerada adúltera y condenada a morir apedreada. Por eso el caso de José era durísimo, pues él sabía bien que aquel hijo no era suyo, y confesarlo suponía condenar a muerte a María.  

La solución de este conflicto no sería nada fácil. Supone mucha oración y mucho diálogo, con respeto y mucho amor. Y después de ello, José decide divorciarse discretamente de María pero un
ángel le ataja, aclarándole que Dios lo necesita para que eduque como padre al Niño que va a nacer. El ángel le ordena que le ponga nombre al Niño, lo cual quiere decir que se encargue de su educación como padre legal.

¡Dios le dio a José la misión de cuidar el bebé!. Le dijo: Él es hijo de David, es el salvador prometido en las escrituras y su nombre será Jesús, pues su propósito será salvar.