DÍA 4: María visita a
Elizabeth y adora al Señor.
Propósito: Darle gracias a
Dios en todo tiempo…(en TODO tiempo)
“Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
Su
alabanza estará de continuo en mi boca.”
Salmos
34:1
En
algún momento escuché una cancioncita que más menos dice así:
“Demos
gracias al Señor, demos gracias, demos gracias por su amor…
Por
las mañanas las aves cantan, las alabanzas a Cristo Salvador….y tu amigo ¿por
qué no cantas las alabanzas a Cristo el Salvador?”
“Cantar
las Alabanzas” va mucho más allá de alabar a Dios con música, debe ser un
estilo de vida que implica el ser de entero rendido y entregado a Dios, de modo
que nuestra existencia misma sea un ejemplo vívido de exaltación y honra a
Dios.
El
evangelio de San Lucas nos narra que María, no sólo no se queda ociosa en su
casa, ser Madre de Dios no desdice un ápice de su condición de mujer humilde,
de modo que va en ayuda de su prima Elizabeth, quien a pesar de que todos
creían que nunca iba a tener hijos, también está embarazada, y por su parte,
anuncia, una gran verdad: la felicidad está en el creer al Señor. Estas dos
mujeres viven y comparten el mayor secreto que pueda Dios comunicar a los
hombres, y lo hacen con una naturalidad sorprendente.
En ese momento, José aún no sabía
lo que estaba pasando, María aún tenía que enfrentar lo que él o su familia o
el pueblo entero dijera de ella, sin embargo al comprender la profundidad del
amor de Dios para con ella, sólo podía darle la gloria a su creador y salvador entonando
una canción por hacerla partícipe de sus propósitos eternos.
Los planes de Dios a veces son
como esas pinturas a las que al inicio no se les encuentra forma pero al final
llegan a ser grandes obras!, eso es lo que pensaba María, así que no le quedaba
más que estar agradecida viniera lo que viniera!, Así mismo, nosotros, debemos
alabar a Dios, darle gracias con el corazón, en tiempos buenos y tiempos malos,
sin importar las circunstancias, el estado de ánimo o lo que sentimos y estemos
viviendo.
Esto es, conservar una actitud
que no dependa de las situaciones, sino que siempre se mantenga inconmovible;
independientemente de lo que suceda alrededor. Se trata de una actitud que, a
como dé lugar, le seguirá dando la gloria a Dios, tanto en palabra, como en
corazón y con las propias obras.
Debe haber en nosotros una
continua y permanente actitud de alabanza, y ¿cómo reflejaremos esa actitud en
nuestro diario vivir? Bueno, para empezar, hemos de hacerlo con nuestra boca.
Por ejemplo, cuando estemos
hablando con otras personas, y no solo a través de nuestra manera de hablar,
sino a través de lo que reflejamos en nuestro hablar, y poco a poco transferir
esa actitud a nuestra forma de pensar y de actuar.
Así aún en medio de cualquier
situación podremos recordar que debemos vivir en gratitud y dando alabanza siempre
(palabras buenas, palabras agradables, de
reconocimiento, de fe, de bendición…), ¿Por qué?... porque Él nos amó
primero, nos perdonó, nos da de su gracia, nos hace partícipes de sus planes y
nos llama hijos.
PARA REFLEXIONAR:
- Lee Lucas 1: 39-50, ¿Qué dijo María que había hecho el Señor por ella y cómo describe al Señor en su alabanza?
- ¿Qué puedes hacer hoy para cambiar una palabra áspera por una de amor, para cambiar la queja por alabanza?
- Compártenos también acerca de ¿cómo crees que podemos honrar a Dios, en nuestro diario andar, tanto en las cosas grandes, como en las cosas pequeñas de la vida?
ORACIÓN:
“Señor,
en este día quiero darte gracias por todo lo que has hecho en mi vida, lo bueno
y lo malo, lo que entiendo y lo que no entiendo. Tu eres un Dios bueno,
poderoso, santo y misericordioso, así que tu voluntad para mi vidas es lo mejor
que puedo experimentar. Te doy gracias por tu hijo Jesucristo en quien me has
dado el perdón y por quien puedo conocerte a ti, el único Dios verdadero,
Quiero vivir esa vida plena que tú das, ayúdame a cambiar mis pensamientos y mi
forma de hablar para que todo lo que diga esté lleno de bendición y gratitud. Amen.”
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