jueves, 21 de diciembre de 2017

DÍA 3: Anuncio del nacimiento de Jesús
Propósito: Comienza a hablar palabras de FE


“Panal de miel son los dichos suaves; Suavidad al alma y medicina para los huesos.”
Proverbios 16:24

Aquí  tenemos el hecho más importante con respecto a la Navidad. Este hecho comienza con Dios y viene de Dios. El ángel fue enviado por Dios para hacer el anuncio más importante a los hombres, Dios irrumpiendo en el universo creado y caído para mostrarle su gloria a los seres humanos. Por tanto, la Navidad sin Dios, no tiene ningún significado.

El Dios del universo, en su infinita gracia, escogió a María  para una función específica y honrosa, ser la madre del salvador del mundo.


Ahora… ¿Hemos pensado alguna vez, qué habría pasado si María no hubiese  aceptado la invitación del ángel a ser parte del plan de Dios?  


Si en vez de responder con prontitud:  “¡He aquí la sierva del señor!, Que Él haga conmigo como me has dicho.”  Hubiese respondido: "déjame pensarlo, porque yo ya tenía planes, además ¿qué pensarán de mí?..” bueno y tantas otras objeciones que tal vez hubiésemos respondido nosotros.



Entonces veamos este anuncio un poco más a fondo…María recibe la visita del Ángel por sorpresa, sin saber qué es, por eso primeramente se inquieta y se interroga. Después, el Ángel no le hace ninguna pregunta, ninguna propuesta, simplemente le da un anuncio, una noticia, ha hallado Gracia ante Dios y concebirá al mesías. Y ella no le dice “sí, que buena idea” ni nada parecido, si no que le interroga sobre sus dudas y tras la explicación es cuando ella acepta, “que se haga” la Palabra de Dios. María en su humildad, acepta la voluntad del Padre, pero no es que haga un análisis de la situación y le parezca bien, o que tenga un conocimiento previo ni que pueda prever las consecuencias de ese acto.

Cuando uno dice “sí” a algo o alguien, implica estar de acuerdo con algo que se entiende y conoce, pero María en su “hágase” lo que hace realmente es aceptar la voluntad de Dios aunque no la comprenda del todo.

De este mismo modo, Dios nos hace participes de su obra, nos escoge para vivir en sus propósitos, y no porque lo merezcamos, no porque seamos diferentes a otros, sino porque su misericordia y gracia es tan grande para que vivamos una vida conforme a su voluntad, que es buena, agradable y perfecta.

Ahora bien, a veces no es fácil aceptar los planes de Dios y más aún cuando no los entendemos, tendemos a querer tomar el control de todo y si algo no sale bien pensamos y hablamos cosas que poco o nada tienen que ver con el plan de Dios y hay una relación estrecha entre las palabras que decimos y lo que nos sucede en la vida.

¿Cómo le habló el ángel a María? Fue duro?, Impositivo? No, El ángel habló frases como: “¡Dios te ha bendecido de manera especial!, El Señor está contigo, No tengas miedo, para Dios todo es posible…” y María abrió su entendimiento y su corazón, las palabras pueden abrirnos caminos y darnos oportunidades.

Así mismo María, quizá aun no comprendiendo del todo… ¿Se cerró y no escuchó? ¿Le habló pesado?, ¿no le prestó atención? No, por el contrario, respondió conforme a lo que había en su corazón, y que ella haría la voluntad del Señor, debemos aprender a decir palabras de fe para tomar esas oportunidades, para tener aún mejores relaciones con otros, pero para ello nuestro corazón y nuestras palabras deben estar en sincronía. De nuestro corazón salen las palabras y los pensamientos que afectan a todo lo que nos rodea, que afecta a las circunstancias que vivimos.

Cuando eso suceda, las circunstancias en las que estemos no importarán, porque sabremos que se hará en nosotros conforme al plan de Dios.

PARA REFLEXIONAR:
·         ¿A qué se refiere el que María hallo gracia delante de Dios?
·         ¿Qué dijo el ángel acerca del futuro del niño que nacería?
·         ¿Cómo crees que puede Dios hacerte parte de sus propósitos?
·         ¿Qué harás hoy para llenar tu corazón y tu boca de palabras de FE?

ORACIÓN:
"Padre amado, hoy te doy gracias por haber decidido enviar a tu hijo Jesucristo para morir en mi lugar, gracias porque me has dado el regalo maravilloso de tu gracia salvadora. Permíteme alegrarme y gozarme en el anuncio de que un día viniste al mundo a rescatarme, ayúdame a hablar palabras de fe, a confiar en ti mucho más allá de lo que mis limitados ojos puedan ver, ayúdame a no olvidar que tus planes son mejores que los míos y que tu voluntad es siempre buena, agradable y perfecta para mí. Amén."


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